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Todo empezó sin que se dieran cuenta. Con sonrisas sutiles, con miradas curiosas, con roces fugaces.
Zenitsu y Uzui habían establecido una rutina extraña desde que el mayor se había retirado luego de su casi inminente muerte, era una rutina bastante pacífica en un principio, en la mañana Zenitsu desayunaba con sus amigos, se dirigía a entrenar con el ex-pilar junto con el resto de chicos y luego de un exasperante y difícil entrenamiento -en el que Zenitsu aseguraba todos los días que hiba a morir- tomaban un descanso junto al frondoso árbol que daba más sombra en todo el patio de entrenamientos, pero justo cuando las horas del día se hacían más frescas Zenitsu se separaba del resto. En principio la excusa perfecta fue agradecer a Tengen por su esfuerzo en batalla, por salvarles y por seguir entrenandolo, luego de eso la idea de aprender sobre el pilar del sonido teniendo Zenitsu un oído igual o superior funcionaba para ir a verlo a su finca, ahora nadie le preguntaba que excusa tenía para ir a visitarlo todos los días sin falta aunque estuviera tan cansado, se había convertido en un ritual ir a verlo.
- Ya te vas?- la voz cansada pero serena de Tanjiro le llamó la atención.- Si, no quiero volver muy tarde, quiero dormir temprano hoy- hablaba mientras se limpiaba el polvo de la ropa por estar sentado en el suelo, no es que realmente importara, estaba lleno de sudor y mugre por el entrenamiento pero aún así no podía evitarlo.
Tanjiro asintió- Nos vemos luego entonces- Zenitsu había aprendido que su amigo notaba la extraña relación que tenía con el pilar del sonido, al principio había entrado en pánico. Era un niño persiguiendo la atención de un hombre con no solo una si no tres esposas, Zenitsu quería morirse de la vergüenza, pero cuando Tanjiro con su actitud de un ángel le dijo que todo estaba bien y que no era el único interesado en alguien como un pilar logró calmarse un poco. Pero aún asi la situación en el pecho de Zenitsu era un desastre, realmente no podía explicar con palabras el porque se sentía atraído hacia el peliplata, al principio todo fue por la gratitud y la enorme admiración que tenía, pero luego empezó a notar las miradas furtivas que el mayor le regalaba durante los entrenamientos, los roces innecesarios para indicarle que hacer o a dónde ir, las sonrisas dedicadas únicamente a él cuando superaba algo difícil en el entrenamiento. Zenitsu estaba seguro que no era normal que su corazón quisiera salir de su pecho de solo pensar en aquellos detalles tontos y que tal vez estaba malinterpretando, pero cuando llegaba a la finca del pilar del sonido y todo era especialmente cálido y familiar decidía enviar todos esos pensamientos a un rincón de su cabeza y disfrutar de lo que quedaba del día.
Las tres chicas siempre lo recibían con una sonrisa desde el primer momento en que pisaba la casa. Le mimaban como a uno más y se preocupaban si llegaba demasiado cansado o muy tarde. Suma era la que más hablaba con él, al parecer también era muy nerviosa y alerta al peligro y a Zenitsu le parecía la más cuerda de las tres en ese aspecto.- Bienvenido- dijeron las tres al mismo tiempo.- Que tal el entrenamiento? Tengen te sigue haciendo llorar? Debemos castigarlo?- Hinatsuru siempre se preocupaba por él y sus entrenamientos mientras que le saludaba con un beso en la frente y le peinaba sus desordenados cabellos.
- No creo que sea tan dificil de superar y tú no eres un tonto como para no superarlos- las manos delgadas de Makio contrastaban con su fuerza física y de voluntad mientras le volvía a desordenar la cabellera.
- No importa si fue difícil o no, ve a darte un baño. No pienso alimentar a un chico así de sudado y mugriento- Suma volvió a hablar mientras le señalaba el baño. Zenitsu asintió sin decir palabra, algunas veces olvidaba como responderles a las tres al mismo tiempo, pero a ellas parecía no molestarles y a Zenitsu tampoco.El menor ya estaba acostumbrado a dar vueltas con confianza en aquella casa, darse un baño allí de vez en cuando, comer en la misma mesa o algunas veces hasta dormir en el futón de invitados -Aunque Shinobu después le reprendía por ello y se ganaba las burlas no tan discretas de sus dos amigos-.
Cuando salió del baño se sentía mucho más fresco, estaba algo cansado por el entrenamiento pero era mucho mejor que estar con las mismas ropas de hace unos minutos. Siempre que estaba en esa casa usaba un yukata de color azul oscuro, jamás preguntó de dónde había salido o porque era de su talla, pero apareció allí un día después de un baño reparador y desde entonces era su vestimenta de descanso siempre que estaba con ellos.
Salió descalzo al jardín y con la toalla en las manos fijó su miraba en la figura que le daba la espalda, su cabello estaba sin atar esa tarde, dejando los mechones revolotear al aire mientras que Tengen mantenía su postura relajada en lo que leía alguna carta que supuso era de algún superior o alguna misión que cumplirían las chicas.
Zenitsu se acercó como ya era costumbre en silencio, un silencio cómodo y no invasivo, se sentó a su lado y le ofreció la toalla que traía en sus manos. El mayor la tomó con una sonrisa y rozó sus manos a propósito.
- No estuviste tan mal en el entrenamiento el día de hoy- Habló el ojivioleta mientras se acomodaba mejor en el suelo dándole la cara al fin.
- ¿Tan mal? Querías matarme- las quejas no se hicieron esperar, pero poco importaba.
- Eres un exagerado y un llorón, sabes perfectamente que puedes mejorar y no quieres intentarlo- la voz fuerte y determinada contrastaba con la suavidad que pasaba su mano y la toalla sobre el cabello rubio, secando el agua y la humedad que había quedado del baño.
El puchero y los leves refunfuños solo hicieron que Uzui soltara una carcajada por la reacción del menor.
Las tardes siempre se habían convertido en esa rutina tan pacífica y llena de alegría por parte de los cinco. Comiendo y charlando en confianza, confianza que Zenitsu no había sentido nunca.
Las risas cómplices, las bromas sin malas intenciones, los planes a futuro que siempre lo incluían a él, las miradas atentas cuando contaba algo del día o de sus misiones, los rostros expectantes cuando preguntaban por su opinión y las manos cariñosas que le pellizcaban las mejillas o le revolvían el cabello con cariño, todas y cada una de esas expresiones eran tan bien recibidas por parte del rubio y que cuando las pensaba le daban ganas de llorar por el sentimiento tan cálido que tenía en el pecho.
Cuando llegaba la noche siempre había la misma discusión.
- Está muy tarde! Tengen no permitas que se vaya!- Suma era la primera en objetar cuando Zenitsu planeaba irse.
- Dejen al niño decidir y ya, sabe defenderse o no?- Makio volvía a gruñir mientras arrastraba a una dormida Hinatsuru a la cama.
Zenitsu solo soltaba algunas risas al ver la pequeña discusión que siempre se formaba cuando tomaba la decisión de irse de la finca para dormir con el resto de chicos.
Uzui le miró esperando una respuesta- Hoy no, no quiero preocupar a Tanjiro ni que Shinobu me regañe- Zenitsu sintió un escalofrío- podría matarme solo por llegar tarde de nuevo-.
Suma asintió a regañadientes y besó la frente de Zenitsu mientras le rogaba que cuidara de si mismo al volver. Makio le besó la coronilla y también fue a descansar, dejando a Uzui y a Zenitsu solos por primera vez desde que había llegado.El menor nuevamente sintió su corazón alterado y la vergüenza aumentaba al saber que Tengen lo notaría, la sonrisa triunfal delataba que tenía razón.
La mano de Uzui se acercó para acariciar su mejilla y Zenitsu solo sintió como su rostro se acaloraba mientras cerraba los ojos. La risa altanera le hizo abrirlos de nuevo- Si quieres un beso tendrás que pedirlo- Zenitsu lo miró con enojo a pesar de tener el rostro completamente sonrojado- AHHHH??!!! - y el grito indignado fue suficiente para que Uzui entendiera que tal vez había molestado al rubio en el momento incorrecto- PORQUE CREES QUE YO QUERRÍA ALGO ASÍ DE UN VIEJO COMO TU?! PERVERTIDO!- Y Zenitsu se fue gruñón y enojado mientras gritaba quejas e insultos hacia el ex-pilar del sonido.
Cuando llegó enojado a la mansión de las mariposas Tanjiro le miraba asustado y con muchas preguntas. Dejó que Zenitsu se tirara en la cama y le gritara a la almohada otros insultos más para luego preguntar por lo obvio- Ocurrió algo?- el olor de Zenitsu era extraño, olía como siempre, a las chicas y a Uzui, pero desprendía una extraña mezcla de enojo, vergüenza y tristeza.
Zenitsu le miraba con el rostro rojo y lágrimas de frustración en las mejillas- Es un imbécil!- le dijo para volver a esconder su rostro contra la almohada.Tanjiro frunció el seño- Creo que siempre haz recalcado algo así, que ocurrió de diferente está vez?- el de cabellos Burdeos se sentó en la cama del rubio para no tener que hablar tan fuerte y despertar a alguien accidentalmente.- Pensé que llegaría a besarme- la voz de Zenitsu sonaba amortiguada por la almohada- Pero simplemente se burló de mí y... Y si realmente sabe de mis sentimientos y solamente se ríe de que un niño este enamorado de él?- Tanjiro pasó su mano por la cabellera rubia para consolar y calmar un poco a Zenitsu- No puedes saber eso- la conversación tenía un rumbo muy obvio, hablar las cosas de frente y afrontar sus sentimientos. - Me niego a decirle algo, si no me corresponde moriré- las lágrimas querían volver a escapar por la frustración.- Tal vez no deberías analizarlo tanto, tal vez deberías dejar que las cosas sucedan- Tanjiro soltó un bostezo que trato de ocultar.- Necesito dormir y pensar esto mañana- Retiró su rostro de la almohada para mirar a Tanjiro y desearle buenas noches y al fin descansar su mente un poco. La sensación de terror absoluto por la idea de ser rechazado y que se burlaran de el por ser un muchachito era demasiado para su propio cuerpo exhausto por los entrenamientos.
A la mañana siguiente Zenitsu planeaba seguir su rutina de siempre o eso había planeado, una vez llegaron al entrenamiento con Uzui el ambiente se sentía demasiado pesado y asfixiante. El pilar del sonido había preparado un combate de parejas, todo saldría bien si no fuese por ese problema minúsculo que le ponía en aprietos, el grupo de estudiantes era impar, así que alguien debía entrenar contra Tengen y por decisión del mayor Zenitsu fue quien debía enfrentarlo.
Desde un inicio sabía que todo iría mal, tener al mayor cerca, mirándolo con atención, exigiéndole concentración absoluta en responder ataques que no veía venir ni por asomo.
Su voz le distraía, sus brazos fuertes que daban golpes potentes también, era imposible, no podía soportarlo más y entonces Zenitsu hizo lo mejor que sabía hacer por mucho tiempo, correr, escapó del área de entrenamiento tan rápido como pudo que estaba seguro que salían chispas del suelo, no sabía a dónde correr, no sabía a dónde ir, solo se dejó llevar cuesta arriba hasta que sus pies dolían.
Cuando abrió los ojos simplemente estaba en el bosque poco denso que llevaba hasta la finca de Uzui, estaba tratando de escapar de él y aún así inconscientemente llegó hasta donde vivía y dormía.
Decidió sentarse en la primera roca cercana que encontró y escondió su rostro en sus rodillas flexionadas, ¿Como podría enfrentar la idea de ser rechazado directamente?
Su corazón estaba loco cada que veía a Uzui sonreírle, cada que su mirada le mostraba una manera diferente de transmitir sus pensamientos, cada que el sonido del corazón de Tengen era similar al suyo, desbocado, nervioso y lleno de energía. ¿Se había equivocado? ¿Tengen nunca fue diferente con el? ¿Las caricias simplemente fueron accidentes? ¿Las sonrisas solo fueron cortesía? ¿Las miradas solo eran atenciones de entrenamiento? Cada pensamiento era más doloroso que el anterior y atiborraban su mente hasta que un sonido encantador le dolió aún más.
Las risas de las tres esposas de Uzui sonaban desde dentro de la casa, Zenitsu podía escucharlas desde allí y hasta podía diferenciar los distintos tonos de cada una. Si Uzui lo rechazaba, ¿Jamás podría verlas de nuevo? No tendría más charlas en la cena, ni tendría besos en la frente, no habría una casa a la que volver cuando terminase una misión, no tendría de nuevo ese sentimiento de calor en el pecho al sentirse parte de algo.
- !No!- con un gruñido dolido se levantó de nuevo del suelo y corrió hacia la finca, abrió la puerta con determinación y el ceño fruncido que contrastaba perfectamente con sus mejillas coloradas y las lágrimas saliendo a borbotones.
Las chicas le miraron sorprendidas y en silencio. La primera en hablar fue la dulce Suma- !Zenitsu! ¿Que pasa? No deberías estar entrenado?- dejó sus tareas para acercarse.Zenitsu estaba por hablar cuando un sollozo se le escapó, el no quería pensar en la idea de no tenerlas más en su vida.- ¿Hay una emergencia?- Makio parecía preparada para lo peor.
- !Déjenlo hablar!- Hinatsuru rugió de preocupación y se acercó al chico.Zenitsu volvió a intentar hablar y solo podía articular lamentos entrecortados- Si Uzui me rechaza.... Jamás podré verlas de nuevo?- y el llanto le atacó de nuevo, le atacó el corazón, le atacó el cuerpo y sus rodillas no soportaron el peso que eso significaba. Tres pares de brazos lo devolvieron a la realidad y calmaron sus miedos, las tres chicas habían corrido con los brazos abiertos a consolarlo- De que demonios hablas cabeza de nuez?!- Makio le sacudía para sacarlo de su llanto- Tengen rechazandote? A qué te refieres?- Suma preguntó está vez.- Estoy enamorado de Tengen- aún era difícil articular palabra para el menor- Y si no me corresponde no podré volver aquí nunca más- y se aferró con fuerza a los brazos que le rodeaban.- Así que ese imbécil no te lo ha dicho- Hinatsuru se levantó y ayudó a las demás chicas a levantarse- Haremos algo de té, vas a quedarte aquí hasta que ese idiota arregle lo que hizo-.- Decirme? Que debía decirme? Es tan obvio que quería rechazarme?- la confusión era obvia.- Eso le corresponde a él, no a nosotras- su voz era firme- pero no importa la decisión que sea, nosotras estamos para ti también- la sonrisa sincera que Hinatsuru le regaló fue suficiente para calmar su corazón alterado.
Y así pasó la tarde, con Zenitsu siendo mimado con Té y pastelillos mientras le distraían del paso del tiempo, hablaron de futuras misiones, las chicas saldrían como apoyo extra en unos días y le contaron los detalles al menor.
Cuando la noche se hizo presente Uzui volvió a casa, no solía esperar muchas cosas cuando volvía a casa, pero de todas jamás esperó encontrarse a sus tres esposas mirándolo con enojo mientras que el chico de cabellos rubios estaba detrás de ellas con cara de terror, y Zenitsu tenía razón, las chicas daban miedo en ese estado.
- Alguien - Hinatsuru habló primero y señaló a Zenitsu- Escapó bastante triste y preocupado de su entrenamiento-Makio se levantó detrás de ella- El acuerdo era que serías sincero con TODOS aquí-
- Creo que nos debes una explicación- Suma también se levantó de la mesa.
Uzui soltó una risa, una que Zenitsu no sabía si era por genuina diversión o por nerviosismo, aunque nunca había escuchado el tono con el que Uzui se estaba riendo en ese momento- Tengo buen gusto, mis tres esposas siempre han sido fuertes-
- Tengen, si no quieres conocer la fuerza de tus tres esposas te voy a pedir que te calles- Zenitsu sintió unas ganas enormes de esconderse de la escena antes de que Makio cumpliera su palabra.
- Basta- suspiró Suma- Vamos a darles espacio y una vez aclaren ese asunto nos darás una explicación- y la chica se llevó a las otras dos esposas al otro lado de la finca para darles espacio y privacidad.
Uzui Tengen no era una persona de quedarse sin palabras, mucho menos de ser callado o recatado, pero en ese momento al ver las ojeras marcadas del llanto bajo esos preciosos ojos color miel no pudo articular palabra por la culpa que se acrecentaba en su pecho
.Zenitsu se sintió juzgado por la mirada púrpura y simplemente atino a decir- No debí huir- y planeaba irse, planeaba escapar de nuevo de su presencia porque era insoportable para su pobre corazón enamorado de alguien mucho mayor, se levantó de su puesto en la mesa y planeaba irse por la puerta principal, ignorando que su corazón palpitaba con tanta fuerza que estaba seguro que hasta sin un buen oído se escucharía.
- Cásate conmigo - Uzui habló simulando tranquilidad y con el rostro derrochando confianza, aunque Zenitsu podía escucharlo también nervioso y lleno de duda, estaba concentrado en la intención del mensaje y de escuchar a Uzui sobre su propio corazón que tardó en procesar el contenido de esas dos palabras.
- Que? casarme... CASARME CONTIGO?- Uzui lamentó por milésima vez desde que conoció al rubio de tener buena escucha y escuchar demasiado bien sus gritos escandalosos- PRIMERO ME HACES ENAMORARME DE TI Y LUEGO TE BURLAS DE MI Y MIS SENTIMIENTOS PARA QUE DESPUES ME PIDAS CASARME CONTIGO???!! CREES QUE ESTOY LOCO?- La gritería y la velocidad que soltaba Zenitsu contrastaba contra su cuerpo pequeño- Acaso quieres que muera?! Vas a matarme!! Mi corazón no puede con tanto! Voy a morir- y las lágrimas de frustración y miedo volvieron a salir.
Uzui se arrodilló para quedar a la misma altura que el rubio- Siempre tienes que ser tan dramático- no era una pregunta, afirmaba mientras limpiaba las lágrimas cristalinas que mojaban sus mejillas- Quiero que seas mi esposa Zenitsu- su mano le tomó con firmeza de la mejilla- No planeaba burlarme de ti, ni herirte- la sonrisa que Uzui le brindó fue gentil y llena de una disculpa- Aceptarías ser parte de nuestra familia? Quedarte aquí con nosotros?-.
Zenitsu se dejó hacer, su mano era cálida y raspoza- Y-yo... Pero como puedo ser una esposa?! Soy un chico!-.
La risa tranquila de Uzui volvió a resonar mientras se levantaba de nuevo- Entonces se mi esposo- Cruzó ambos brazos frente a su pecho y le miró con expectativa esperando su respuesta.
Uzui sabía muy bien como ocultar que estaba nervioso, que también tenía miedo de ser rechazado, aunque pensaba que Zenitsu sería un tonto si se niega, la posibilidad seguía existiendo.
El silencio hizo presencia durante unos minutos, Zenitsu centró su atención en el corazón de Uzui, en cómo sus músculos estaban algo tensos y luego pensó en si edad, Zenitsu acababa de cumplir 17 años y las únicas experiencias románticas que llegó a tener fue con mujeres que lo trataron como basura y lo dejaron tan endeudado que su vida corrió peligro. Y luego estaba Nezuko, es cierto que durante un tiempo intentó recibir sus cariños y atención, pero nunca fue recíproco, solo era él insistiendo en atención pero, ¿Era diferente con Tengen? Tomar un pasó tan grande como el casarse no parecía tan sencillo ahora.-Tambien me gustas- y cuando Zenitsu se digno a hablar Uzui pudo respirar de nuevo- Pero aún no sé si quiero casarme contigo, no quiero que esto se arruine tan rápido, no quiero que lo que sea que tengamos desaparezca-Tengen sonreía ampliamente- No tenemos que casarnos mañana- le revolvió al cabello con su mano- No me importa esperar siempre que tenga tu compañía- su mano bajo a la regordeta mejilla de Zenitsu.El ambiente se había hecho mucho menos tenso y ambos podían escuchar la felicidad y tranquilidad en el otro, era una forma de entenderse sin hablar. -Ahora ya que tú no lo vas a pedir- Uzui se acercó de forma mucho más invasiva- ¿Puedo besarte?-Zenitsu simplemente se quedó sin aire por unos segundos, se fijó en esos labios rosados, había analizado esa boca durante varias semanas, fantaseando en besarlo y morder el carnoso labio inferior de Tengen. Zenitsu pasó su lengua por sus propios labios y se dió cuenta que estaba rogando por su cercanía.-No tienes que responder- Uzui conocía al chico demasiado bien y entendía que estaba distraído en sus pensamientos- Solo alejame si no quieres- y al fin le tomo de la mejilla con la mano guiandolo a su propio rostro.
Zenitsu se quedó mirando a Uzui en cámara lenta, con su ojo violeta cerrándose levemente y sus labios entreabiertos y su piel porcelana. Sintió su corazón en la garganta y decidió guardar esa imagen en su mente antes de cerrar los ojos también.
El beso era algo torpe, ambos tenían experiencia besando chicas, pero era el primero beso hacía un chico para ambos. Y aunque Tengen trataba de derrochar su confianza y actitud socarrona de siempre, no podía evitar sonrojarse.
Los labios de Zenitsu eran suaves y carnosos, se encargó de ser gentil, de disfrutar el momento, hasta que Uzui se separó rápidamente con sorpresa.
-L-lo siento, no pude evitarlo- Zenitsu estaba hecho un lío, nervioso y tratando de disculparse.
Uzui llevó su mano a su labio inferior y tocó justo en el lugar donde la sensación de una mordida seguía haciendo presencia.
Durante dos segundos más Tengen solo pudo mirar sorprendido a Zenitsu, para luego empezar a reír.
-¿Ehh?- Zenitsu simplemente había mordido ese delicioso labio por impulso y ahora parecía que había vuelto loco a Tengen.
La risa del peliplata se convirtió en una carcajada para luego mirar a Zenitsu con una alegría desmedida.
-Eres lo que siempre he estado buscando-.