Chapter 1: Resumen
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Resumen
Mark krittin casi fue atropellado por una furgoneta saliendo de su trabajo.
Por suerte, alguien corrió para salvar su vida. Un cambia formas zorro defectuoso lo empujó
fuera del camino, pero ahora le debe al lindo defecto un año de servidumbre.
Cuando Gun Napat vio al objeto de su afecto a punto de ser convertido en una tortilla en la
carretera, tuvo que actuar. Aunque no podía cambiar, y lo único que tenía que lo señalaba
como un defecto eran las orejas de zorro en la parte superior de su cabeza y la cola detrás de
él, todavía conocía la ley de la manada, y planeaba tomar todas las ventajas de la misma.
Había estado enamorado de Mark durante meses, y ahora tenía una excusa para estar cerca, e
incluso salir de las calles donde había estado viviendo. Su misión era simple, mostrarle a
Mark que Gun era digno de ser considerado un amigo y un amante, a pesar de su defecto.
Gracias por leer.
[Gun- Parker|Mark-Mason]
Chapter 2: Capitulo 1
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—Mark Krittin. Estoy seguro de que has estado esperando este día desde hace mucho. Sólo
quería hacerte saber que hoy te estoy haciendo mi sous-chef.
mark sólo pudo quedarse allí, mirando hacia abajo a su jefe, quien estaba sonriendo por lo
que tenía que ser la primera vez en la vida del hombre mayor. Parecía como si acabara de presentarle a mark un saco de diamantes y estaba ansioso por ver la gratitud que un regalo
así justificaría.
Y Mark estaba increíblemente agradecido. No podría quitar la sonrisa estúpida de su rostro si lo intentara.
No lo intentaría.
En su lugar, se echó a reír, y cuando Williford, el jefe de cocina del Luxe Hotel le estrechó la
mano y le ofreció un cigarro, aceptó eso, también.
Sous-chef, mierda santa. Sólo había estado trabajando por eso lo que se sentía desde siempre.
A veces pensaba que iba a ser el más viejo chef de preparación del mundo a sus veintisiete
años, y luego se mantendría en esa posición durante el resto de su vida.
Kluea iba a estar molesto cuando se enterara, pero Mark no pudo hacer que le importara.
Mentalmente retractó cada cosa desagradable que alguna vez había pensado de Oab hasta ese momento. Este hombre era oficialmente el mejor.―Ahora, espero mañana verte radiante y temprano. Te estoy dando el resto de la noche libre.
Celebra mientras el sol todavía está en el cielo, y duerme inmediatamente después de que se
ponga. Te quiero bien descansado mañana para cuando me ayudes a montar el menú de la mañana. Iremos al mercado para recoger nuestras frutas, verduras, proteínas, y demás ingredientes.―Sí, señor.― dijo Mark, aceptando un manotazo más de felicitación en la espalda antes de
que fuera prácticamente empujado hacia la puerta de la oficina de Oab.
Estaba en un sueño mientras caminaba por el restaurante. La cocina apenas estaba
empezando a moverse. El almuerzo había terminado, y todo estaba preparado para la cena,
mientras que unos pocos cocineros preparaban comidas para los huéspedes que habían
llegado tarde.
Por primera vez en mucho tiempo, Mark miró la cocina con nuevos ojos. Cada estación brillaba y todo tenía nuevas posibilidades. Iba a ser el sous-chef de todo esto.
Joder, había fantaseado acerca de ese momento cuando el último sous-chef se había ido, pero sabía que había otros que competían con él por el puesto. No había esperado lograrlo.
Honestamente no lo había visto venir en absoluto.
―Oye, mark, ¿a dónde vas?-Kluea preguntó, mirándolo sobre una cacerola
chisporroteando atún.
Mark no iba a restregárselo. Él y Kluea podrían no llevarse bien todo el tiempo, pero se
respetaban lo suficiente cuando trabajaban sobre los alimentos.
Gritar que había recibido la promoción cuando Kluea, o cualquiera de los otros chicos, no lo hicieron, estaría más allá de una falta de respeto.―Simplemente voy a salir. ¡Voy a estar de regreso en la mañana!― Dijo medio gritando para
poder ser oído sobre la grasa de frituras y la charla de los otros cocineros mientras trabajaban juntos.
Salió rápidamente después de eso por lo que no habría más preguntas. No podía responder a
cualquier pregunta en este momento de todos modos. Apenas podía pensar, y mucho menos
inventar una mentira acerca de por qué salía tan temprano en el día. El tenía que salir de aquí.
Tenía que llamar a su hermano Pooh y decirle que finalmente lo había logrado. Tal vez
llamaría a su madre, en función del estado de ánimo en el que estuviera.
Salió por la puerta de atrás que estaba destinada sólo para empleados, ya que el dueño del
hotel no quería que el personal caminara a través de la misma puerta como los invitados. Eso
era algo que realmente molestaba a Mark, pero hoy no. En ese momento estaba demasiado
ocupado metiendo la mano en los bolsillos y sacando su teléfono. Se desplazó a través de sus
números y seleccionó el de Pooh antes de comenzar a introducir su texto.
Mantuvo los ojos pegados a la pantalla mientras caminaba. Ni siquiera miró hacia arriba, no
vio que había dejado la zona trasera donde la basura se sacaba y recolectaba o que él había
entrado directo en el estacionamiento.
Y alguien estaba conduciendo demasiado rápido, porque no vio la furgoneta viniendo hasta
que estaba a punto de golpearlo.
Lo golpeó. En un lugar extraño en realidad, ya que la presión que sintió fue en la parte baja
de la espalda, y lo envió en espiral hacia el lado de la camioneta, en lugar de un poco más al
frente de la misma. No le dolió tanto como él había pensado que sería al ser golpeado por una van en movimiento ni como lo dañaría. De hecho, el mayor daño que sufrió fue cuando tuvo
que poner sus manos para evitar que su rostro se raspara contra el duro pavimento del
estacionamiento.
Él terminó aplastando su teléfono debajo de él, sin embargo, y eso no fue divertido.―¡Jesucristo, hombre! ¿Están los dos bien?
¿Los dos?―Estoy bien.― dijo Mark, rodando para echar un vistazo al conductor.
Y al parecer a un muy lindo joven hombre con pecas en su nariz de botón y mejillas, que
tenía los ojos de color tan negros que Mark había visto solo en los zafiros , y mechones de pelo castaño pelirrojo claro se asomaban desde el fondo de su gorra de béisbol.
También tenía un par de grandes, de aspecto muy naranja, orejas de zorro en la parte superior
de la cabeza. Y la punta blanca y negro. El hombre incluso tenía una cola, una cola de zorro
hinchada que sobresalía de su espalda baja, también de color naranja con una punta más
ligera.
Había un defecto acostado sobre él.
El conductor de la camioneta se bajó y corrió hacia ellos.―Mierda, lo siento mucho. No vi a ninguno de los dos aproximarse.
Mark parpadeó, y se acordó de que había alguien más para mirar que no sea el pequeño lindo
defecto delante de él. La furgoneta blanca tenía pintada un logo en el lateral. Este chico era el
de las entregas de las flores frescas para las mesas, y para vender a los huéspedes todos los días.
Mark lo conocía, y decidió que no le daría al hombre un mal momento sobre nada.
Mientras que... quienquiera que fuera el que estaba encima de él estuviera bien, también.―Está bien, no hay problema. Yo no estoy herido.― dijo, y luego miró hacia abajo a sus manos raspadas. ―Mucho. ¿Estás bien?― Mark preguntó, mirando al muchacho joven delante de él. ¿Era un invitado?―¿Yo? Estoy bien. ― él dijo, sentándose de manera que su cuerpo estaba fuera de Mark y
quedaba en cuclillas sobre sus rodillas. Levantó la vista hacia el hombre que conducía la
furgoneta floral, sin embargo. ―Usted rompió su teléfono. Va a tener que pagar eso.
¿Qué acaba de decir? ¿Qué demonios estaba haciendo este chico?―Puedo manejar ese tipo de cosas por mí mismo.― dijo Mark, casi riendo de lo lindo que
era. Este pequeño zorro estaba tratando de ser todo alfa a su alrededor. Era casi dulce en una
especie equivocada de ver.―Por supuesto, no hay problema.― dijo el conductor, sin haber oído una palabra de lo que
Mark había dicho. Él sacó su cartera y le entregó una tarjeta de Mark. Mark declinó
cualquier ayuda y se puso en pie. ―Aquí es donde puede localizarme. Cualquiera que sea el
gasto del teléfono, voy a pagar para reemplazarlo.―Grandioso.― Dijo Mark. ―Cuanto antes mejor.
En realidad, eso no sería un gran problema en absoluto. Con su nueva promoción,
conseguiría mucho más dinero. Por lo menos el doble de su salario.―Sí, sin duda, puedo hacer eso, solo envíame la factura.― dijo el conductor.―Usted rompió mi iPod,― dijo el chico, quien sacó su dispositivo de su bolsillo, mostrando
que tenía grietas hasta llegar al final de la pantalla.
―Voy a pagar por eso, también,― dijo el conductor, también entregando al niño una tarjeta.
El zorro defecto solo frunció el ceño.―No tengo el dinero para comprarme un nuevo iPod y enviarle una factura, sabe.
La cara del conductor se coloreó.―Cierto, cierto, lo siento.― dijo.
Era evidente que este tipo estaba aterrorizado de entrar en algún tipo de demanda.
Tal vez pensó que el chico era uno de los hijos de los huéspedes en el hotel. Por supuesto, que
para permanecer en un lugar como este, un hombre tendría que ser capaz de pagar algo tan
trivial como un iPod cada vez que quisiera uno.
Este chico no era un invitado. ¿De dónde vino él?―¿Qué tal esto, me dices lo que vale, y yo te escribo un cheque en este momento.― dijo el
conductor.
El chico le dijo lo que sonaba como la cantidad adecuada para un iPod con ese tipo de
memoria, y el hombre escribió un cheque con una sonrisa nerviosa en su rostro, incluso
adjuntó suficiente dinero en efectivo para compensar los impuestos que tomaría para comprar
algo así. Lo único que hizo fue pedir que el chico no tratara de cobrar el cheque por otros
pocos días, lo que permitiría al hombre tener el dinero en su cuenta.―Otra vez, lo siento mucho― dijo.―No te preocupes por eso, estamos bien― dijo Mark, y suavemente se apoderó del hombro
del defectuoso zorro, tirando de él lejos de la carretera por lo que el conductor podría volver a
su camioneta y salir de la zona de aparcamiento sin más incidentes.
El chico estaba tan concentrado en el cheque en su mano que apenas se dio cuenta la forma
en que Mark los había movido. No veía esa cantidad de dinero con demasiada frecuencia
antes. Eso era seguro.
Mark esperó hasta que el de la florería se había ido, y bajó la mirada hacia el chico frente a
él.―¿Tu iPod se rompió antes de que me empujaras fuera del camino?― preguntó.
La forma en que el niño se sacudió y luego levantó la vista hacia él antes de rápidamente
mirar a otro lado, con sus mejillas oscurecidas, fue muy revelador.―¿Por qué te importa?―preguntó.
Mark se cruzó de brazos. ―Mira, agradezco lo que hiciste, pero no puedes solo estafar al
chico así como así. Dame el cheque.― dijo, tendiéndole la mano.
Esta vez el chico no se inmutó en absoluto. Miró directo a la cara de Mark.
―¿Por qué?―Porque voy a hacerlo pedazos,― dijo. El chico negó con la cabeza. De hecho, incluso
sonrió un poco al respecto.―Buena suerte con eso.― dijo.
Mark dejó un poco de su lobo salir. Él era un alfa. Podía tomar pedidos y estar tranquilo
cuando tenía que hacerlo para poder estar en esta industria, pero aún tenía esa necesidad de
ser obedecido, especialmente por alguien que era más pequeño y muy claramente en el
extremo inferior de la cadena alimentaria de cambiaformas.―¿Quieres repetirlo para mí otra vez?― Preguntó.
El defecto zorro sonrió un poco más y mostró sus blancos dientes. Joder, este chico podía
llegar a ser aún más lindo. A Mark le parecía adorable la sonrisa del zorrito.―Dije, Buena. Suerte. Con. Eso.
Mark frunció el ceño ante el niño.―Esto no es gracioso. No puedes hacerle eso a la gente.―El tipo se lo puede permitir,― dijo el chico, sonando un poco a la defensiva súbitamente.―No es como si no se lo mereciera de todos modos. Él casi te mata. Lo menos que puede
hacer es que me recompense con un nuevo iPod. Yo lo salvé de tener tu muerte en su consciencia.―Escucha, chico...―Y tú no estás exactamente en la mejor posición para decirme lo que debo de hacer en este
momento de todos modos, teniendo en cuenta que eres mi esclavo.―No puedes simplemente...espera un minuto, ¿qué demonios acabas de decir?
El pequeño defecto zorro se balanceó hacia atrás y hacia adelante en sus pies, su cola
meciéndose sin preocupaciones mientras lo hacía. Las orejas de zorro del chico se animaron,
así, como si fuera a tener el mejor día de su vida.―Dije que eres mi esclavo. Así es como funciona, ¿cierto? Acabo de salvar la vida de un
alfa. Eres mío por lo menos durante un año.―A...! No. No, no, no, eso no está ocurriendo, así que ni siquiera dejes que ese pensamiento
entre en tu cabeza.
Esa sonrisa nunca abandonó la cara del zorro. Fue realmente retorcido y lo más jodido es que
Mark todavía pensaba que el chico era lindo.―Yep, definitivamente está sucediendo. No trates de negarlo o bien, sé cómo funciona la ley
de la manada. Soy más débil que tú y yo rescaté tu culo. Estarías totalmente muerto sin mí.
Tienes que hacer lo que quiera o arriesgarte a avergonzarte delante de toda tu manada.
Mark sintió la vena del ojo en un movimiento involuntario. De repente ya no pensaba que el
joven delante de él era lindo o adorable. No quería nada más que estrangular al pequeño
bastardo.
Apretó los puños, y no fue hasta que el pequeño defecto las miró y que esa sonrisa vaciló,
con un ligero toque de miedo, que relajó sus manos.―¿Qué es lo que quieres que haga?― preguntó. ―Y no te atrevas a pedirme que haga algo
que pueda hacer que me despidan de mi trabajo. Yo no voy a llevarte en un viaje por carretera
en todo el país o algo así. Acabo de ser ascendido y quiero que todo permanezca de esa
forma.
No había manera de que este chico iba a obligarle a hacer algo que haría poner en peligro su
puesto de trabajo, ¿verdad? ¿Lo haría? Oh, mierda.―No voy a pedirte que hagas eso, o incluso pedir que incendies el estúpido hotel.― dijo el
chico.―Lo cuál no haría incluso si me lo pidieras.― Mark espetó. ―No puedes pedirme que haga
nada que pueda poner a los seres humanos en peligro. Incluso por la Ley de la Manada, era
un gran no-no.―Nop, esto va a ser un poco más fácil para ti― dijo el defecto zorro, y su brillante sonrisa
estaba de vuelta en su lugar. ―Ya sabía acerca de tu promoción porque te oí hablar con esa
cabeza de polla, Pingsley.
Williford. Malditamente perfecto.―Espera, ¿cómo podrías haber escuchado eso?― Preguntó Mark, y entonces él medio
respondió a su propia pregunta cuando el niño estaba a punto de señalar a sus orejas de zorro.―Sé que esas trabajan y que tienen una mejor audición que las de un cambiaformas normal,
pero eso aún no lo explica. No eres un invitado, así que ¿de dónde vienes?
Ahora el chico parecía genuinamente sorprendido, y luego desanimado mientras cruzaba sus
brazos. Grande, otra cosa linda que era bueno haciendo. Hacer pucheros. Mark se lo estaba
follando en su cabeza.―Trabajo allí contigo, ¡gilipollas!― Espetó. ―¡Soy el lavaplatos!―¿Lo haces? ¿Hace cuánto?―Comencé a trabajar allí, literalmente, un día antes de que llegaras allí. ¿Nunca te diste
cuenta?― Había un tono de tristeza en los orbes azulados del niño que Harry realmente
sentía no haberlo notado.
Joder, incluso aquellas orejas de zorro habían caído abajo, doblándose contra la parte superior
de la cabeza del niño. Las orejas de Pooh hacían eso cada vez que estaba triste por algo.
―Lo siento. Supongo que siempre estaba concentrado en mi estación.―Te dije hola un par de veces.
Y Mark no recordaba eso. ¿Por qué este chico le hacía sentir como una gilipollas? Él no
había hecho nada malo aquí.―Lo siento― fue todo lo que pudo decir.―Bueno, lo que sea, en este momento no importa de todos modos ya que sabes quién soy
ahora.
En realidad, no lo hizo. Mark todavía no conocía su nombre.―¿Cuál es tu nombre?― preguntó, y esperaba que el chico no se molestara de que él no
supiera algo tan simple como eso. Afortunadamente, el pequeño zorro no le dio ninguna
mierda por ello.―Gun Napat, y eres Mark krittin, yo ya lo sabía. Sólo hemos estado trabajando juntos
durante más de un año.
Mark hizo una mueca.―De acuerdo, Gun, que querías de mí, ahora me tienes. Qué puedo hacer por ti por el
próximo año, y es mejor que no interfiera con mi trabajo o mi vida familiar.
Gun volvió a sonreírle, y sus orejas se animaron enseguida. Mark se sentía mucho mejor
sobre todo después de eso.―Me puedes dar mejores turnos en el hotel. Recomendarme como camarero, ya que se les
paga más dinero. Oh, y necesito un nuevo lugar para vivir, por lo que estaré contigo a partir
de ahora.―Espera un minuto, detente. No puedo sólo hacerte un camarero y no puedes ir a vivir
conmigo.―Sí, puedo, tienes que dejarme vivir contigo. Y yo no exijo que chasquees los dedos y me
hagas un camarero. Te pedí que me recomiendes. Propónselo al cabeza de polla de Williford
para que al menos sepa que todavía quiero la posición. ¿Sabes cuánto dinero ganan en
propinas?―Así que de eso se trata, ¿quieres más dinero? ¿El tipo que te pagó por un iPod no fue
suficiente?
Mark lamentó que las orejas de zorro se plegaran completamente contra la parte superior de
la cabeza de Gun, y el chico empezó a hacer un mohín de nuevo.―Simplemente hazlo. Eres mío durante doce meses y no es como si te estuviera pidiendo
dinero a ti o cualquier cosa.
―No tengo un dormitorio de repuesto,― dijo Mark, su última defensa contra este niño.―Tu sofá va a estar bien― Gun dijo con una sonrisa. ―En realidad, también tengo otra petición.
Mark sentía el sordo latido de un dolor de cabeza puesta en marcha en la parte posterior de
su cráneo.
Él suspiró.―¿Qué es lo que quieres ahora?―No quiero poner tu trabajo en peligro ni nada, así que mientras estamos en el trabajo,
vamos a pretender que todo está normal.
Mark... estaba más que bien con eso.―¿De verdad?― Preguntó.
Gun asintió. Esa gran sonrisa estaba de vuelta en la cara, las orejas se animaron, y su cola saludó por detrás de él.―Sí, porque por otro lado, cuando estemos en público, tienes que fingir ser mi novio.
Chapter 3: capitulo 2
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Mark iba a matar a este chico. Casi lo estranguló en ese momento y allí, en el
estacionamiento, pero mantuvo la calma. Él no había puesto sus manos sobre alguien más
pequeño y más débil que él desde que era un cachorro y no sabía algo mejor. Él seguro como
la mierda no estaba dispuesto a hacer eso como un adulto.
Había tratado de salir de esa solicitud en particular, pero Gun no estaba ayudando en ello. El
chico sabía sus leyes de manada, pero él era un zorro, no un lobo. Como diablos podía saber
cosas estúpidas como esta, y por qué estaba tan interesado en la aplicación de ello?
Mark incluso trató de alejarse del chico en ese momento, pero Gun no permitiría eso.
Exigió que Mark lo llevara donde fuera que Mark quería ir. Al parecer toda esta cosa de
convivencia iba a comenzar inmediatamente.
Mierda. Mierda. Mierda.
Mark fue a la tienda de electrónica más cercana que pudo encontrar e inmediatamente
consiguió un nuevo teléfono celular de la misma marca. Su tarjeta en su teléfono viejo
todavía estaba bien, así que era sólo una cuestión de conectar la maldita cosa y luego darle
una llamada a Pooh.
Gracias a Dios su hermano contestó inmediatamente, y Mark odiaba echar a perder el buen
humor del hombre, sobre todo cuando las primeras cosas de la boca de Pooh eran una
felicitación en su promoción. Al parecer, había conseguido el texto.
Pero Mark no tenía tiempo para charlar. Quería hablar con su cuñado Pavel.
Pooh estaba confundido como el infierno, pero aún así puso a su marido en el teléfono.
Mark vomitó todo lo que había sucedido hasta ese momento, y la única cosa que quería saber
más que cualquier otra cosa en todo el universo era si el defecto zorro lo tenía sí o no.
Pavel apenas podía oírlo porque Mark había estado hablando tan rápido, y había tenido que
repetir la mitad de lo que había dicho.―Suena como él está en lo correcto ― dijo Pavel.
Mark estaba hojeando en el interior de su cabeza sobre esa respuesta.―Siempre está la cuestión de si en realidad hubieras o no muerto. Quiero decir, eres un
fuerte alfa, y ser golpeado por una van en conducción en un estacionamiento no suena como
algo que haría mucho daño a ti.―Él iba bastante rápido― dijo Mark. ―Sé que soy parte de tu manada ahora. Necesito saber
cuáles son tus puntos de vista en este caso. ¿Tendrás que expulsarme si decido decirle que no
a este chico?― Mark preguntó, y miró a su alrededor para asegurarse de que Gun no estaba
escuchando.
Todavía estaban en la tienda en sí, y Gun parecía estar atrapado en la sección de juegos de
video.
Pavel suspiró. ―Todo eso es un poco en la parte pasada de moda por aquí. Sabes que tenía
algunos problemas cuando traté el apareamiento con Pooh.
Mark se estremeció ante eso. Todavía se enojaba cuando pensaba en algunos pendejos
tratando de matar a su hermano pequeño, pero estaban muertos y se han ido ahora, por lo que
se dijo que no debía molestarse demasiado por eso.
Su sangre ya estaba hirviendo sin fantasear acerca de lo que él hubiera hecho a los hijos de
puta de haber estado allí para exigir su venganza.―Sí, pero aquí está la cosa...― dijo, y él tomó una última mirada a Gun sólo para estar
doblemente seguro de que el tipo estaba poniendo toda su atención en la consola portátil de
juego que estaba siendo exhibida. Todavía susurró en el teléfono. ―Él es un defecto.―¿Qué?― Preguntó Pavel, aunque Mark sabía que el hombre le había escuchado.
Lo repitió de todos modos, sólo para asegurarse de que no había errores.―El chico es un cambiaformas zorro defecto. Tiene las orejas y la cola. Le di un vistazo a
sus uñas, y parece que él tendría garras si no mantuviera sus uñas presentables.
El infierno, el joven podría incluso tener algunos pequeños colmillos en su boca. Mark no se
había molestado en pensar siquiera en mirar. Estaba demasiado ocupado observando la bonita
sonrisa del joven cuando miró, y como de blancos eran sus dientes, en lugar de cuan distintos
algunos de ellos podrían ser.
Pavel suspiró de nuevo.―No importa. Defecto o no, aún tienes que honrar algo así― dijo. Mark dejó que su frente
golpeara contra la pared más cercana. ―¿Qué fue eso?―Nada,― Mark dijo, cerrando los ojos. ―Así que el chico es mi dueño por un año, ¿eso es
lo que estás diciendo?―A menos que desees que la manada completa exija que te eche. Fui en contra de ellos para
conseguir a Pooh de vuelta aquí. No creo que pueda hacerlo de nuevo sin causar una
completa rebelión.
Y Mark no quería que su cuñado tuviera que hacer eso. A pesar de haber pensado en el tipo
como un gilipollas colosal cuando lo había conocido, Mark ahora lo respetaba al hombre y
entendía sus métodos.
Y Mark no quería ser expulsado de la manada. Había pasado la mayor parte de su vida
viviendo sólo con su familia, un grupo tan pequeño que incluso apenas podían ser llamados
una manada en absoluto.
Hubo un tiempo en que había estado acostumbrado a ello, pero ahora sabía que no podía
volver a algo así.
Además. ahora Pooh estaba con Pavel. Si Mark dejaba la manada, entonces él estaría
dejando a Pooh.―Él quiere que finja que soy su novio,― dijo Mark. ―Voy a tener que llevarlo a la manada
en algún momento si vamos a mantener una mentira como esa.
Pavel guardó silencio por un medio segundo.―Si le debes una deuda, entonces no hay mucho, que inclusive yo pueda hacer al respecto.
Cuando lo traigas, simplemente asegúrate que no cause muchos problemas con los demás
miembros de la manada. Todo el mundo está llegando a un acuerdo ya que Pooh dio a luz,
pero nadie se mantendrá quieto si suelta la boca.―¿Cómo sabes que va a hacer eso?― Mark preguntó, y él miró hacia atrás a Gun, quien
parecía tener una animada conversación sobre videojuegos con uno de los empleados de la
tienda.
Estaba sonriendo, y parecía que Gun estaba teniendo un poco de diversión. Los defectos
siempre tenían un mejor momento de ser tratados como iguales por los seres humanos de lo
que lo hicieron por otros cambiaformas.
El empleado no era un shifter, y sólo vio a un cliente, no alguien que tenía los poderes de
desplazamiento rotos irreparablemente. Mark fue capaz de sonreír al ver que el chico sonreía
de verdad por algo.―Dijiste que él es un zorro shifter.―Defecto...― Mark corregió.―Bueno, todavía es un zorro, y les gusta ser astutos para salirse con la suya. Ellos también
son boca flojas como no tienes idea.
Mark pensó en cómo el maldito chico había intimidado al florista a cerca de pagarle por su
iPod.―Puedo creer eso.
Él y Pavel hablaron un poco más, lo que era una buena cosa, porque al menos de esta manera,
Pavel sabía que Mark estaría trayendo un defecto a la propiedad de la manada, y él podría
preparar al resto de la manada para eso.
Podría hacerles saber que esto no era negociable, y que Mark le debía al niño una deuda.
Mierda, Gun había querido que la gente pensara que eran novios. ¿Podría ser obvio para la
manada que no lo eran si sabían acerca de la deuda? Él no había pensado en eso, y era
demasiado tarde para hacer algo al respecto.
Mark se embolsó su nuevo teléfono, y luego se acercó a ver lo que su nuevo amo estaba
haciendo.
Mark dejó de sonreír el segundo que vio a Gun viendo una Playstation Vita detrás de una
vitrina cerrada con llave, y luego señalarla con la cabeza. El empleado asintió hacia atrás y, a
continuación, se precipitó fuera, presumiblemente para obtener las claves para el caso
dejando a Gun allí de pie. Mark tenía que saber lo que estaba pasando.―Oye, ¿encontraste algo que te gustó?―Yep,― dijo Gun y fue impactante la forma en que el niño inmediatamente cogió la mano
y entrelazó sus dedos juntos. Su gran sonrisa seguía en su lugar, su cola se meneaba
ligeramente y sus orejas de zorro estaban alegres. ― Me vas a comprar un presente.
Mark miró a la consola de videojuegos, y luego frunció el ceño hacia Gun.―¿Tengo una elección en esto?―¡Nop!― Dijo Gun, rebotando un poco y sin dejar de sonreír como un niño en una tienda
de dulces. Eso fue justo antes de que entrecerrara los ojos en Mark, y cuando sus orejas
bajaron, porque estaba irritado, no porque sus sentimientos fueron heridos. ―Tienes que
comprarme algo agradable después de que me hayas llamado un defecto todas esas veces en
el teléfono, y luego tratar de salir de tu deuda diciéndole a tu alfa que soy un zorro
defectuoso.
Mark se tensó ante eso, y por lo que tuvo que ser sólo la segunda vez en su vida, él se quedó
sin habla. Este chico había oído su conversación con Pavel.
Mierda, mierda, mierda, esos oídos realmente eran poderosos.
Mark estaba totalmente humillado, a pesar de que no debía. Gun fue el que le obligó aquí, y
ahora el chico quería que gastar su dinero en una consola de videojuegos.
Pero entonces Gun se encogió de hombros y volvió a sonreír. Parecía que su estado de
ánimo podía cambiar muy rápido.―Pero eso está bien. ¡Me gustan los juegos de vídeo, por lo que todo lo que tienes que hacer
es sobornarme con ellos de vez en cuando para mantenerme feliz!
Lo raro de esto era que Gun realmente parecía feliz. No se veía como si estuviera emitiendo
ninguna impresión falsa por el simple hecho de las personas que estaban mirándolos en la
tienda.
Gun también podría estar ganando el gran premio en un carnaval. Espera un minuto. ¿Por
qué los estaban mirando la gente? Oh, cierto, sus manos.―Escucha.― Dijo Mark. ―Voy a comprar el juego si quieres, pero tienes que decirme
cuántos años tienes. No voy a pretender salir contigo si tienes dieciséis o algo así.
Lo cual era una posibilidad muy real, teniendo en cuenta lo lleno de energía que se veía este
chico. Demonios, si se hubiera escapado de casa o algo, entonces Mark tendría una verdadera
razón para no seguir adelante con su deuda, ya que lo haría regresar a cualquier lugar del que
los padres de este niño fueran.―Tengo veinte.― dijo Gun, destruyendo sus esperanzas en mil pedazos, y entonces apretó
más la mano de Mark cuando el empleado regresó con las llaves.―Está bien, voy a sacar la consola. ¿Qué juegos querías con él?― preguntó.―Mi novio va a pagar, así que yo solo los tomaré y tú puedes orientarlo.― dijo Gun.
Mark gimió para sus adentros, y forzó una sonrisa en su cara, al mismo tiempo que se
recordaba a sí mismo que no importaba. ¿Qué eran un par de cientos más de dólares en la
actualidad después de que hubiera conseguido ser promovido? Incluso con esta pequeña
fortuna, él todavía iba a estar bien.―Perfecto, ¿Te gustaría alguna recomendación?― Preguntó el vendedor.
Los ojos de Gun brillaron con interés.―Definitivamente.―Grandioso, bueno vas a necesitar un estuche para la consola y las tarjetas de juego. Esas
cosas son pequeñas y fácilmente se pierden, y querrás un protector de pantalla también, así
que voy a añadirlo al kit de inicio, y vas a tener que unirte a la PlayStation Network si deseas
jugar en cualquiera de sus juegos multijugador. Las tarjetas de memoria son caras, pero
estamos teniendo una promoción, y en cuanto a los juegos mismos...
Y siguió, y siguió.
Mark iba a tener un ataque al corazón.
Chapter 4: Capitulo 3
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No fue tan malo después de eso.
Mark estaba increíblemente enojado después de haber gastado tanto de su maldito dinero en
los juegos de video. Había llegado a mucho más de lo que él había pensado que sería, y sus
tarjetas de crédito estaban sufriendo daños.
Pero, en una manera extraña, cuando Gun abrió sus bolsas y luego se dirigió
inmediatamente a través de sus juegos, tirando de la caja de su nueva consola como si fuera a
triturar el papel de regalo en la mañana de Navidad, la gigante sonrisa en la cara del tipo de
hecho hizo que valiera la pena.―Espera hasta que lleguemos a mi casa antes de abrir esos. El vendedor dijo que los juegos
son pequeños y podrías perderlos.― dijo Mark, y aunque Gun hizo lo que se le dijo y dejó
los juegos y la tarjeta de memoria, eso no lo detuvo de sacar de la caja y apropiarse de la
propia consola.
También abrió esa cosa de kit de inicio y revisó todas las pequeñas cosas que venían con ello.
Sus ojos negros eran tan brillantes, la sonrisa en su cara tan amplia, y sus orejas estaban
apuntando hacia arriba en el techo de su coche. Mark no creía que nada volvería a ser capaz
de bajarlas.―Gracias por haber comprado esto para mí, ¡gracias, gracias!― Gun dijo, y luego se lo
repetía cada cinco minutos durante el viaje, como si hubiera olvidado que Mark tuvo que
comprar todas esas cosas para empezar.
Y solo así, Mark ya no estaba enfadado. De hecho, llegó a ponerse contento de haber
comprado la consola de Gun. Por la reacción del chico, temía que no hubiera recibido
muchos regalos en su vida, y Mark se alegraba de haber sido capaz de dar algo al chico.
¿Y qué tal si nadie le hubiera dado algo? Una punzada de ternura se construyó en su interior,
sólo imaginando a este chico feliz no consiguiendo nada para Navidad, o aún en su
cumpleaños. ¿Dónde estaban sus padres? ¿Su familia? Aunque le dijo que tenía veinte años,
aún era lo suficientemente joven para la mayoría de la gente de su edad como para estar bajo
el ala de los padres.
Tenía que haber alguna razón por la que Gun insistía en vivir con Mark, un hombre del que,
básicamente, no sabía nada.
Gun estaba tan atrapado en la creación de su consola y jugando con todas las características
que casi parecía como si no se diera cuenta que estaban conduciendo hasta la propiedad de la
manada. No alejó su vista lejos de la pantalla hasta que Mark detuvo el coche.
Mark tragó saliva.
Ya podía ver a algunas de las personas de la manada mirando alrededor, y algunos de ellos
incluso señalaron al defecto que estaba sentado junto a él en su coche.
Mark miró a Gun, que estaba metiendo rápidamente su consola y la bolsa de juegos en su
mochila, como si le preocupara que alguien le robaría los artículos.―Nadie va a hacerte daño― dijo Mark.
Gun simplemente le sonrió. Parecía una sonrisa sincera, pero había algo como si no fuera
tan brillante como todas las demás sonrisas que el chico le había dado antes.―Lo sé. Estás conmigo ahora, así que nadie va a siquiera pensar en tocarme.
Los ojos de Mark se abrieron un poco por esa declaración. Antes de que pudiera comentar o
cuestionarlo, Gun abrió la puerta del lado del pasajero y saltó hacia afuera. Mark
rápidamente apagó el motor y se bajó del coche también. Bien podría seguir al mocoso antes
de que hiciera algo para enfadar al resto de la manada.
Pavel rápidamente hizo acto de presencia, y para el alivio de Mark, todo estaba bien. Algo
así. Allí estaba la nube de animosidad sobre todos, y tan espeso y oscuro que era casi una
nube negra literalmente, pero todo el mundo todavía puso sonrisas cuando Gun se presentó.
Algunas sonrisas eran incluso genuinas, como la de Meen, el segundo al mando de Pavel, y
algunos otros lobos que fueron esparcidos alrededor.
Otros optaron por ignorar de plano a Gun, y una o dos personas comentaron sobre el hecho
de que Gun era claramente de una familia de zorros, y no de lobos. Genial, Mark casi se
había olvidado completamente de eso. Si ser un defecto no era bastante malo, entonces
todavía había lobos por ahí que no querían tener nada que ver con ningún tipo de
cambiaformas zorro. Siempre había ese tipo de odio al que hacerle frente también.
Pero entonces Pooh salió, sus oídos todos alegres y su cola silbante cuando se aferró a su
hija, Danielle, en sus brazos. La niñera estaba sosteniendo al muchacho, Mitchell. Danielle
era un poco alfa. Todo el mundo podía decirlo debido al olor que desprendía. Mitchell, sin
embargo, era un defecto cambiaformas como Pooh. Tenía las orejas de lobo que
sobresalían de la parte superior de su cabeza, y una pequeña cola esponjosa que era tan
condenadamente adorable cuando se movía que Mark no sabía qué hacer con él la mitad del
tiempo.
Mirar a Pooh estrecharle la mano a Gun fue algo. Fue grandioso. Mark no sabía de Gun,
pero le encantaba que su hermano pequeño pudiera llegar a conocer a alguien que era como
él.
Gun incluso le dio a Mitchell un par de miradas interesadas. Tal vez él nunca había visto un
cachorro defectuoso antes.―Yo no sabía que tu sobrino era un defecto,― dijo Gun.
Pooh inmediatamente se estremeció al oír esa palabra, y así lo hizo Mark. Pavel se tensó.
Joder, Mark había estado usando esa palabra tanto sobre el teléfono que se había olvidado
por completo de decirle a Gun acerca de las reglas de la casa.
Pavel y Pooh no querían que nadie diga la palabra defecto alrededor de sus niños. Ellos
querían mantenerlos inocentes durante el tiempo que fuera posible, y Harry no podía
culparlos.―¿Cuál es el problema?― preguntó Gun.―Lo siento, Pavel, es mi culpa. Yo no le dije.― Mark dijo rápidamente.―Está bien― Pavel respondió asintiendo con la cabeza. ―Además, dudo que él lo esté
diciendo con cualquier animosidad, por lo que está bien.―Estamos tratando de no usar esa palabra alrededor de los niños.― dijo Pooh. ―Nosotros
no queremos que ninguno de ellos piense que hay una jerarquía entre ellos, o que es una mala
cosa para Mitchell tener orejas.―Oh...― Dijo Gun, sus ojos se abrieron un poco. ―Lo lamento.―Está bien― dijo Pooh, sus propias orejas se alegraron, y su cola se balanceaba por detrás
de él otra vez. ―Vamos adentro. Es realmente bueno tenerte aquí. Mark no me dijo que tenía
un novio.
Mark miró a Pavel, y el hombre se encogió de hombros. Así que él no le había dicho a su
compañero que Mark sólo estaba en esta porque tenía una deuda. Bueno lo que sea.
Mark se preguntó qué le había dicho Pavel al resto de la manada. A la madre de Mark
definitivamente no le iba a gustar conocer a Gun, eso era condenadamente seguro.
(...)
A la madre de Mark no le había gustado conocer a Gun. De ninguna manera. La mujer
apenas había tolerado el hecho de que su propio hijo era un defecto, y su comportamiento
hacia él había sido nada menos que abusivo durante su infancia.
Esto fue especialmente cierto después de la muerte de su padre, el único hombre en la familia
que había estado protegiendo a Charlie de los gritos de Marlia.
Mark deseó haber sido un hermano mejor en sus años de juventud, pero él no lo había sido.
Se había deleitado en el hecho de que era normal y podía cambiar y correr con su lobo,
mientras que Pooh estaba atrapado con el de él. Luego creció y aprendió mejor, y Pooh
podría haberlo perdonado por todo, pero eso no significaba que Mark se perdonó a sí mismo.
Hubo momentos en que todavía trataba de compensar el mal comportamiento de su pasado,
aunque Pooh lo supiera o no.
Cuando Gun se reunió con Marlia fue una de esas veces. Cuando Marlia lo apartó a un lado
y le preguntó en un tono casi de pánico por qué estaba asociándose a sí mismo con un
defecto, defendió a Gun tanto como hubiera deseado haber defendido a su hermano.
No usó la excusa de que le debía a Gun una deuda, y no intentó avergonzar a Gun afirmando que
sólo estaba usando al chico para el sexo.
Le dijo a su madre que se superara a sí misma, y luego se alejó.
Gun parecía un poco consciente de la tensa atmósfera que había a su alrededor después de
eso, pero estaba demasiado ocupado charlando con Pooh para comentar sobre eso. Lo cual
era un milagro, teniendo en cuenta las burlas desagradables que Marlia constantemente le
envió.
Mark no podía creer que alguna vez había tenido un momento en que había estado de
acuerdo con ella.
Después de eso volvió a velar por Gun, muy consciente de que aún no sabía nada de este
chico, y que por lo que sabía podía ser un ladrón, pero no parecía ser el caso. Gun parecía
estar realmente disfrutando con Pooh, lo cual tenía sentido, teniendo en cuenta que estaban
cerca de la misma edad.
Pooh tenía veintidós años ahora, y a pesar de tener hijos propios, todavía disfrutaba de la
compañía de personas de su misma edad, y los juegos de video. Gun compartía su nueva
consola de juegos con Pooh, y Pooh mostró su colección de manga a Gun. Era algo
agradable ver esa interacción. Mark deseaba que Pooh hubiera tenido algunos amigos que
fueran como él cuando era más joven. Entonces tal vez su infancia no hubiera sido tan difícil.
Cualesquiera que sean las razones por las que Gun estaba haciendo esto, al menos, el
pequeño diablo estaba demostrando ser útil para mantener a Pooh feliz. Luego vino la
noche. Eso fue incómodo como el infierno, tener que caminar volviendo a su casa con Gun
justo detrás de él. En algún momento durante el día, Mark había olvidado que Gyun había
exigido poder vivir con él. Incluso se ofreció a ayudarle a Gun a encontrar una cabaña para
él solo, y cuando Pavel dijo que no había ninguna disponible y que Gun tendría que
conseguir un compañero de piso, las orejas de zorro de Gun se habían caído completamente
en la cabeza mientras pisoteó y le exigió a Mark mantener su parte del trato.
Mark sólo pudo suspirar al sentir el dolor de cabeza volver. Jodido Cristo.
Así que él todavía estaba atascado, y mientras caminaba a través de su pequeña casa,
observado todas las cosas de valor que podrían ser robadas por un chico de la edad de Gun.
Por supuesto, era difícil que alguien pueda llegar a esta tierra a pie. No imposible, pero sigue
siendo difícil. Estaban en una zona tan rural que se necesitaba un vehículo para llegar hasta
aquí. Los animales salvajes que surgían durante la noche, sin duda hacían las cosas un poco
más difíciles.―Podemos pasar por tu lugar mañana a recoger el resto de tus cosas.― Mark dijo, y luego
miró a su alrededor otra vez, dándose cuenta de que no tenía mucho espacio en su habitación
para empezar, y le pedía a Dios que Gun no tuviera un montón de cosas, y él ni siquiera
creía en Dios.―Está bien, estoy listo.― dijo Gun, vertiendo su mochila en el sofá.
Espera un minuto, ¿qué diablos acaba de decir?―Vi que sacaste esa mochila de tu casillero antes de abandonar el Hotel,― dijo Mark.―Tienes que tener más cosas que eso.
Las orejas de zorro de Gun se replegaron en la cabeza ante el comentario, y no volvió a
mirar a Mark cuando abrió la cremallera de su bolsa.―Esto es todo lo que tengo.― dijo.
¿Qué carajo? Mark había pensado que la bolsa estaba llena a causa de útiles escolares o lo
que sea, pero cuando Gun abrió, sacó un cambio de ropa. Parecía una camiseta oscura y un
par de pantalones cortos. ¿Mantenía su cambio de ropa en esa bolsa?―¿Dónde vivías antes?― preguntó Mark.
Gun se detuvo, con las manos congeladas en su bolsa antes de que finalmente mirara hacia
atrás a Mark con la mayor sonrisa en su rostro.―Ese no es tu problema.― dijo.
Mark le frunció el ceño. Maldito mocoso. Gun volvió la cabeza, mirando alrededor de la
sala antes de que finalmente regresara a Mark.―¿Así que estoy durmiendo aquí?― Preguntó.―Te dije que no tengo un dormitorio de repuesto.― Mark dijo.
Gun asintió. ―¿Quieres que duerma contigo?
Todo el cuerpo de Mark se puso tenso, y se le calentó la sangre. Algo de la cual incluso se
agrupó a su polla.―¿Qué?
Gun se limitó a mirarlo, como si no entendiera cuál era incluso el problema.―¿Quieres que duerma contigo?
Cristo, este chico tenía veinte años, pero era tan condenadamente joven.
Demasiado joven para que Mark se excitara por la oferta, demasiado joven para que la polla
de Mark palpitara con la idea de poner al hombre bajo él y mostrarle quien iba a estar a cargo
durante el arreglo. Sería mucho más fácil si Gun no tuviera un culo tan bonito.―No hay una maldita manera, ¿por qué piensas eso?
¿Acaso Mark tenía un cartel en la frente que decía que era un depredador o algo? Mierda.
No, él tuvo que recordarse a sí mismo que Gun era un hombre. Él era un hombre joven,
pero sigue siendo un hombre, y este era un acuerdo con el que Mark no se iba a aprovechar
del chico.
Las orejas de Gun se redujeron de nuevo, y él frunció el ceño antes de mirar lejos.―Todo lo que tenías que hacer era decir que no.― dijo, casi murmurando las palabras bajo
su aliento.
Mierda, Mark sólo lo humilló. No había querido hacer eso. Toda la lujuria que latía dentro de
él inmediatamente se desvaneció mientras miraba la caída de la cola y las orejas a Gun.
Quería pedir disculpas por ello, acariciar las orejas del joven y hacer todo mejor, pero ¿cómo diablos se suponía que debía hacer eso? Gun estaba aquí sólo porque básicamente había forzado su presencia en Mark.―Voy a conseguirte una manta,― dijo Mark, y se dio la vuelta y se fue hacia el armario del
pasillo.
Cuando regresó, Gun estaba en su camiseta y pantalones cortos, luciendo increíblemente
joven sentado en el sofá, con las piernas cruzadas sobre los cojines. Tenía su nueva consola
de juegos en sus manos, y miró hacia otro lado de la pantalla cuando Mark apareció de
nuevo.
Joder, esto era tan torpe.―No te quedes hasta muy tarde jugando. Tenemos trabajo mañana.― dijo Mark.
¿Podía sonar más como un adulto así? Gun no tenía exactamente quince.
Gun negó con la cabeza.―Tengo el día libre mañana, así que está bien.―Oh, ok, está bien,― dijo Mark, y le entregó a Gun la manta.
Gun se acercó a tomarla, y sus dedos se tocaron cuando el intercambio fue hecho.
Fue tan condenadamente cursi, pero sintió una ráfaga de chispas a través de él cuando sus
dedos hicieron contacto. Tuvo que esforzarse para no tirar de su mano como alguien que
nunca había sido tocado antes en su vida, a pesar de lo extraño que se había sentido. Sin
embargo, se dijo que todo el mundo lleva un poco de energía eléctrica en el interior, y que no
era nada más que sus cuerpos reaccionando porque Gun estaba aferrándose a su juego. No
fue un signo de nada.―Buenas noches,― dijo Mark.―Buenas noches,― Gun respondió.
Mark apenas durmió un suspiro esa noche, y cuando se despertó la siguiente mañana, justo
antes del amanecer, se sentía como si no hubiera dormido en absoluto.
Entró en la sala de estar para encontrar a Gun completamente desparramado sobre el sofá.
Era dulce la forma en la que la boca del chico estaba abierta mientras en roncaba en voz baja.
Más de esa ternura hacia él hinchó dentro de su pecho, y Mark se contuvo antes de que
pudiera llegar hacia abajo y tocar el cabello del chico o algo así.
Uf, tenía que ir a trabajar.
Mark se duchó y se vistió rápidamente. No hizo su propio café porque no quería que el olor
del mismo despertara a Gun. Agarraría algo en su camino hacia el hotel. Cuanto más
pensaba en su día, más emocionado estaba por ello. Hoy iba a ir al mercado con Oab y
seleccionar ingredientes frescos para el menú del día. Eso iba a ser increíble.
De todos modos, en su salida, Mark le envió un texto rápido a Pooh, sabiendo que su
hermano lo leería, pidiéndole que mantuviera un ojo en Gun, mientras que Mark se iba. Al
menos mientras él estuviera en el trabajo, podría averiguar todo acerca del chico que lava los
platos, y averiguar por qué Mark nunca lo había notado antes.
Chapter 5: Capitulo 4
Chapter Text
El día había ido bien. Bastante bien considerando que Mark estaba más que distraído revisando constantemente su teléfono cada que tenía unos pocos segundos para poder
averiguar cómo Gun lo estaba haciendo en la manada que pudiera o que no ser hostil a él, ya sea como un defecto, o como un zorro.
De alguna manera, a través de todas las compras para los camarones frescos, pescado, frutas y verduras, y luego pasar el tiempo supervisando a los cocineros y asegurándose de que todo lo que salió a las mesas de los invitados estaba perfecto, se las arregló para enviar cerca de diez mensajes de texto en su nuevo teléfono.
Lo cual le recordó que todavía tenía que ponerse en contacto con la floristería acerca del reembolso. O tal vez simplemente lo dejaría pasar desde que el nuevo iPod de Gun ya estaba sacándole mucho al tipo.
Las respuestas que recibía eran siempre las mismas. Gun lo estaba haciendo bien. Pooh se estaba convirtiendo en amigo rápidamente con el hombre y ambos se divertían hablando de juegos y otras cosas. Al parecer Pavel todavía era cauteloso cada vez que los cachorros estaban cerca, lo cual tenía sentido ya que Gun era todavía un desconocido, pero hasta ahora parecía que no había nada malo con que Gun estuviera en la propiedad de la manada. Por
ahora.
Kluea hizo un mohín mientras trabajaba, obviamente picado por haber sido pasado por alto para la promoción. Sin embargo, Mark todavía era capaz de manejar eso muy bien, y finalmente tuvo la oportunidad de hablar con Oab sobre Gun.―¿Quién?― El hombre mayor le preguntó.
Mark parpadeó.―¿El chico que lava los platos? ¿El de las orejas de zorro?― preguntó, incluso puso los dedos sobre su cabeza para imitar lo que parecería un conjunto de orejas asomándose ahí arriba. ―¿Tiene una cola?―Oh, cierto. ¿Cómo se les llamaba, un defecto, verdad? ¿Así es como todos los llaman?―Bueno, no todos nosotros,― dijo Mark, lamentando haber llamado a Gun un defecto en absoluto.
Oab agitó la mano, rechazando toda la cosa.―Sí, bueno, ahora lo recuerdo. Pasamos por tantos malditos lavavajillas que estoy sorprendido de que no lo recuerdo, teniendo en cuenta lo mucho que ha trabajado aquí.
—¿Por qué habría que tener problemas para recordar a alguien con orejas y una cola? preguntó Mark.―Bueno, ya sabes, contrato a muchos de esos tipos. Es un truco que harías bien en aprender,― dijo Oab, y tenía una sonrisa en su rostro mientras él y Mark caminaban alrededor de la cocina.
La fiebre de la cena había terminado, y pronto sería hora de ir a casa. Todo lo que se necesitaba era hacer que los otros chefs limpiaran, y luego el personal de noche podría
hacerse cargo de las órdenes finales.
Mark no estaba siguiendo a Oab en absoluto. ―¿Qué quieres decir? Oab suspiró. ―Ven conmigo a mi oficina,― dijo.
Mark siguió al hombre, consciente de que Kluea todavía estaba mirándolo como lo hacía, pero no le importó. Subieron por las escaleras, y Oab cerró la puerta.―¿Lo que estoy a punto de decirte no es exactamente ético, sino que ahorra el dinero de la cocina, y nos permite que tengamos más para gastar en una buena comida mientras mantiene
suficiente personal para que los cocineros no estén sobrecargados de tareas que no necesitan hacer.―No estarás diciendo que le estás pagando por debajo de la mesa, ¿verdad?― Mark preguntó.
Sólo medio pensó eso. No había pensado que Oab asentiría su cabeza mientras se servío una copa.―¿Por qué crees que los chicos de los platos son tan jóvenes? Incluso los que no tienen orejas no deberían estar trabajando allí. Pero necesitan dinero para sus útiles escolares y almuerzos, así que les proporcionamos el trabajo durante los veranos. El resto del año, si tengo que hacerlo, voy y contrato personas que deben ser pagados en su totalidad, pero rara vez se quedan el tiempo suficiente para que importe. Los defectos, sin embargo, son un tipo especial de empleados, ya que rara vez tienen educación de la escuela secundaria. Muchos son fugitivos, con la excepción de tu hermano.
Entiendo que lo está haciendo bien por sí mismo con su nueva familia.―Sí― Dijo Mark, pero él todavía estaba en una especie de aturdimiento sobre lo que acababa de escuchar. ¿Esto estaba sucediendo realmente?―De todos modos, ese chico vino aquí el año pasado cuando tenía diecinueve años más o menos. Por lo tanto, yo le ofrecí el trabajo, que él necesitaba para alimentarse. Él no tiene una adecuada identificación, o incluso los papeles de que esté calificado, pero necesitaba trabajo, así que soy generoso y le doy veinticinco a treinta horas a la semana. Más que eso, en los concurridos meses de invierno.
―Veo,― Dijo Mark. ―¿Qué tal llegar a ponerlo a trabajar en el salón?―¿En el salón? ¿Como un mesero? Mark se encogió de hombros. ―Ellos hacen más dinero con las propinas. Podría mantenerse pagándole por debajo de la mesa y estoy seguro de que sería mejor para él.
Oab negó con la cabeza antes de que Mark terminara de hablar. ―No. Yo no contrataría a defectos que incluso tengan la documentación en regla para servir alimentos y bebidas. Ni siquiera para chefs.―¿Qué? ¿Por qué?―Ahora, ahora, Mark, puedo verte ponerte a la defensiva. Escúchame,― Oab dijo, y
era tan tranquilo y sincero sobre lo que él estaba diciendo que era difícil no escucharlo, sobre todo cuando su acento italiano se espesó un poco. ―Son sus orejas y cola. Eso hace que los clientes se sientan incómodos. Ya es bastante malo cuando alguien que es normal pierde un pelo en la sopa, ¿podrías imaginar lo terrible que sería que un huésped encontrara un pelo de zorro en la mesa? ¿O en la comida? ¿Qué pasa si un cliente es alérgico? Yo sé que es poco frecuente, pero sigue siendo una posibilidad. No, no voy a correr el riesgo, pero no quiero negarle trabajo a un hombre que lo necesita tampoco. Así, puede trabajar en lugar de una máquina para los platos. Muy fácil y todo lo que se cuece al vapor y limpiar cuando los chefs lo necesitan.
Mark apenas podía creer lo que estaba oyendo. La peor parte de todo era que sonaba sospechosamente como que Oab no se daba cuenta de lo insultante que estaba siendo.
Era como si él asumiera que cualquier persona con un defecto pasaría algún tipo de germen con sólo tocar las placas o el manejo de los alimentos.
Mark ni siquiera se había dado cuenta hasta ahora de que no había ningún defecto que trabajara en la cocina en absoluto. Eran todos seres humanos, con la excepción de él mismo. Los lavavajillas también llevaban sombreritos para evitar que los pelos sueltos cayeran sobre los platos. Tal vez por eso Mark nunca se dio cuenta de Gun. Le habían puesto un sombrero que había estado empujando sus orejas hacia abajo. ¿Oab también le hizo mantener la cola a distancia? Mark había oído de Pooh una vez o dos acerca de lo mucho que dolía. Eso fue antes de que Pooh tuviera un empleo por sí mismo y pudiera darse el lujo de comprar los pantalones hechos especialmente que tenían los agujeros en la parte posterior. Marlia se negó a pagar hasta los diez dólares extra para que nos los envíen a la casa después de que su padre hubiera
muerto, y estaba seguro del infierno que hizo para pagar cuando Pooh había intentado cortar agujeros él mismo a los pantalones.―¿Por qué lo preguntas?― Preguntó Oab.
Mark luchó con ganas por ser delicado sobre esto, y con la urgencia de agarrar a Oab por la garganta por insultar a un defecto cambiaformas.―Si estás en contra de los cambiaformas, ¿por qué me hiciste tu sous chef?― preguntó.
―Oh, no, no es nada de eso,― dijo Oab ―De hecho, ¿eres un alfa, cierto? Te hice mi sous chef precisamente por esa razón.―¿Cómo dices?― Preguntó Mark, sin entender del todo por qué Oab sonreía como lo estaba haciendo.―Bueno, piensa en ello.― dijo Oab, sin dejar de sonreír con esa misma sonrisa. ―Tu nariz es muy sensible. Sabrás mejor que yo qué frutas son frescas, qué carnes son las mejores para su uso. No habrá errores contigo, y pollo descompuesto no volverá a ser puesto en una
sartén con usted a mi lado. También, aunque los otros chefs son humanos, puedo sentir que todavía te respetan y te siguen como un alfa.―No soy un alfa de mi propia manada, ya sabes. Tengo un alfa al que sigo.―Lo cual también demuestra un excelente trabajo en equipo y el compromiso, que es exactamente lo que necesito.― dijo Oab, y él todavía estaba malditamente sonriendo.
Mejor que Mark no se arrepintiera de esto más adelante. Él iba a estrangular a Gun si el chico le hacía lamentarse de esto.―Si todo eso es cierto, entonces deberías darle a Gun una oportunidad de trabajar en el salón de vez en cuando.
Oab parpadeó. ―¿Qué? Pero acabo de explicarte...―Sé que lo hiciste, pero escúchame en esto. Imagínate cuán diverso que haría el aspecto del
hotel. Nuestros clientes se enorgullecen de tener sólo lo mejor, y siendo atendido por el mejor. ¿Con qué frecuencia son servidos por alguien con orejas de zorro? Podemos poner a Gun durante un solo turno, algo lento y fácil, sólo para ver cómo lo hace, y si se recoge, y no hay ningún problema, entonces no hay daño, ¿verdad?
Oab se rascaba la barbilla y miraba a Mark con una gran cantidad de curiosidad.―Debes saber que he pensado en todo esto antes. ¿Por qué traer esto a mí?
Oab respeta el hecho de que era un alfa, por lo que Mark iba a mostrarle un poco de eso alfa ahora. Dejó que sus ojos brillan de color rojo. Oab se congeló e inmediatamente se detuvo de rascarse la barbilla.―Porque él podrá ser un defectuoso, pero sigue siendo de mi tipo, y usted insultó su existencia.―Esa no fue la intención.―Lo sé,― dijo Mark, permitiendo a su lobo interior relajarse, y empujándolo a volver a bajar a las profundidades de su mente. ―Sé que no fue lo que quiso decir, y yo respetaré su decisión, no importa cuál sea, pero tienes razón. Yo creo que necesita un poco de ayuda, y quiero ofrecérsela. Al menos de esta manera él puede tener el valor de un día poner en un
curriculum su trabajo de servicio, incluso si usted decide no mantenerlo aquí.
Lo cual, una vez que el pensamiento entró en la cabeza de Mark, parecía ser lo peor que podría suceder. Oab rodó sus ojos, y no parecía que le gustara lo que él iba a decir, pero asintió.―¡Bien! Está bien. Él puede trabajar en el turno de los miércoles. No hay demasiada gente en ese tiempo y pondré a alguien a velar por él. Pero, espero que los pelos sueltos de las orejas y la cola sean peinados antes de que venga a trabajar, y se atomice para que los
huéspedes no estornuden encima.
Mark se preguntó si Oab esperaría el mismo tratamiento de un invitado defectuoso. ¿Tendrían ellos que peinarse el rabo y las orejas antes de venir? ¿O rociarse la cola y las
orejas para la comodidad de unas cuantas personas que pudieran ser alérgicas? Mark no recordaba que Pooh tuviera que rociarse la cola o las orejas cuando trabajaba en
esa tienda de manga que tanto amaba. Mark lo dudaba seriamente, pero no estaba dispuesto a traer ese asunto justo ahora. No cuando él ya había empujado su suerte y conseguido lo que quería.―Gracias, yo mismo le diré las buenas noticias.―¿Tú mismo? ¿Así que ya sabes dónde vive? Yo nunca pude conseguir una dirección.
Y eso hizo que Mark se preocupara aún más.―Él recientemente se unió a mi manada. Mi alfa lo dejó entrar, así que a partir de ahora voy
a estar trayéndolo y volviendo con él del trabajo.
Oab asintió, y por suerte no empujó más que eso. Parecía creer lo que Mark estaba diciendo sin ninguna duda.―Eso explica la petición. Muy bien. Al menos de esta manera ya no va a llegar tarde. Muy bien, vete ya. Los veré a los dos mañana, y luego el miércoles. Estarás por tu cuenta.―¿Voy a estar a cargo de la cocina yo solo?― Preguntó Mark.
Oab asintió.―Sí, confío en ti con esto.
Oh, esto se estaba poniendo mejor y mejor. Mark no podía esperar para contárselo a Gun.
(...)
Mark iba a estrangular al chico. Él apretó el puente entre sus ojos, luchando contra otro dolor de cabeza. Nunca tuvo tantos de estos dolores de cabeza como cuando Gun se abrió paso en su vida.―Entonces, ¿vas a darme caza?― Preguntó Gun, el chico parpadeó sus bonitos ojos negros hacia él, a la vez que lo tomaba de la mano como un chico agarrándose a su primer amor.
El nervio debajo de los ojos de Mark se crispó, y tomó una respiración profunda. Pavel le estaba dando una mirada de disculpa, mientras Pooh se limitó a sonreír alto con la
mirada hacia el cielo. Parecía estar esperando a que Mark aceptara tanto como Gun lo hacía.―Supongo que debería, ya que estamos saliendo y eso.―¡Que bien!― Gritó Gun, bombeando los puños en el aire con una gran sonrisa en su rostro. Y luego se echó a correr de nuevo hacia la cabina. ―¡Voy a conseguir mis zapatos para correr!
El chico corrió tan condenadamente rápido que Mark estaba seguro de que no tendría que preocuparse por arruinar la diversión de los chicos por capturarlo con demasiada rapidez. O tal vez simplemente debería tratar de atraparlo rápidamente para poder traerlo de vuelta a
la manada y llamar una noche.
Él estaba cansado. Mark miró a su hermano, quien le estaba sonriendo tan brillantemente mientras cargaba a Mitchell, quien estaba dormitando, asi que Mark tuvo que
resignarse a molestarlo para no perturbar el sueño de su sobrino.―Por la mirada en tu cara, adivino que esto de alguna manera fue idea tuya― dijo Mark.
Las orejas de Pooh se animaron levantándose, casi tan alto como lo hicieron las orejas de zorro de Gun después de que el chico echara a correr.
Su hermano menor asintió.―Yo le dije que a Pavel le gustaba perseguirme, y él ni siquiera sabía que, ya sabes... ― dijo, susurrando la palabra mientras cubría las grandes orejas de lobo de Mitchell con su palma.―que los defectos podrían ser perseguidos. Mencionó que nunca lo habían perseguido, por lo que le dije que te preguntara. No me mires así. Será divertido para los dos.―Podría lastimarse por ahí. No es tan ágil como lo soy yo.
Mark podía imaginar a Gun golpeando directo un árbol porque el chico no estaba prestando atención hacia dónde iba, y la idea le hizo encogerse.
Pooh no parecía estar en la misma onda que Mark en absoluto. De hecho, su hermano frunció el ceño ante la elección de palabras de Mark.―Él no saldrá herido. No es un lisiado ya sabes, y yo tampoco lo soy. Sólo porque no podamos cambiar no quiere decir que no estemos en forma.―Yo no estaba diciendo eso.― dijo Mark Pavel estaba sacudiendo la cabeza, y parecía estar ignorando toda la situación mientras que le daba a su hija toda su atención. Traidor...―El infierno que no lo era.― dijo Pooh. ―Soy muy buen corredor y apuesto a que Gun también lo es. Se ve en buena forma y él quiere que lo persigas. Hasta creo que quiere que
sea para jugar contigo mas que para tener sexo.
Mark farfulló.―¿Estás seguro de que deberías estar hablando de esta manera alrededor de tu hijo?―Como si supiera lo que estoy diciendo.― respondió Pooh. Eso venía de un hombre que cubría las orejas de su hijo ante el mero susurro de la palabra defecto. ―Sólo sal a jugar con él. Juro que tienes esta nube oscura sobre la cabeza cada vez que los veo a los dos juntos. Es deprimente.―¿De qué estás hablando?― Preguntó Mark.
Vio la forma en que Pavel se tensó por el rabillo de sus ojos.―Quiero decir, que pareciera que te estás preparando para romper con él o algo. Me siento
raro haciéndome amigo de un chico que es posible que no quieras cerca. Lo cual es especialmente incómodo porque te puedo decir que realmente le gustas.
¿Lo hago? A Mark le costaba imaginar eso.―¿Quieres decirme qué está pasando?― Le preguntó Pooh. Mark suspiró y sacudió la cabeza.―Nada está pasando. Yo sólo he estado de mal humor últimamente, eso es todo.―¡Pero acabas de conseguir un ascenso!― Dijo Pooh. ―¿Es por Marlia? ¿Ella te está dando un tiempo difícil por salir con él?―Algo así,― dijo Mark, eligiendo el camino del cobarde y utilizando a su madre como un chivo expiatorio.―Bueno, si quieres, voy a hablar con ella por ti.
Mark apreciaba la oferta de su hermano, pero él sabía lo mucho que algo así podría perjudicar a Pooh.
Marlia apenas toleraba a su hijo defectuoso, y la única razón por la que hacía un esfuerzo ahora se debía a que Pooh la trajo de vuelta a la manada, y ella tenía un nieto alfa a través de él, al cual quería ver de vez en cuando.―No te preocupes por eso. Yo me encargo de esto por mí mismo― dijo Mark.
―¡Estoy listo!― Gun gritó, y los ojos de Mark se ensancharon mientras que apenas lograba capturar una mirada del joven mientras corría hacia el terreno con una gran cantidad de árboles. ―¡Tienes que darme una ventaja de cinco minutos de empezar!― Gun gritó, y luego desapareció.
Mierda, era un corredor bastante decente. No era tan rápido como un cambiaformas, pero el lobo dentro de Mark vio la velocidad como un reto y quería perseguirlo ahora más que nunca.
Mark no era consciente del hecho de que Pooh estaba riéndose de él hasta que su hermano le dio una palmada en el hombro.―Bueno, ¡ve a buscarlo! Mark miró a su hermano, y luego la dirección en la que Gun se había ido. Se quitó la camisa y corrió tras él. Si Gun creía que Mark le iba a dar una ventaja de cinco minutos,
entonces él estaba tan mal.